Momias, quitando la venda: El faraón de las cataratas

Durante siglos, los exploradores invadieron Egipto en busca de antiguos tesoros. En sus aventuras descubrieron una cantidad de reliquias sin precedentes. En el siglo diecinueve se vivió tal interés por el Antiguo Egipto, que se acuñó el término "egiptomanía" para describir aquel fenómeno cultural. En aquella época se vendieron a turistas muchísimas antigüedades en mercados, por lo que gran parte pasó a formar parte de colecciones privadas.

La búsqueda de los faraones perdidos de Egipto llevó a unos investigadores a uno de los lugares más insospechados, las cataratas del Niágara. Allí, en el Museo de las Cataratas del Niágara se encontraron momias egipcias en ataúdes. Cuando el museo canadiense cerró, el egiptólogo Peter Lacovara le pidió a la Universidad Emory, donde trabajaba, adquirir toda la colección. El precio era excesivo, más de un millón doscientos mil libras, pero Lacovara los convenció y se llevó las momias a Atlanta, porque tenía sospechas sobre una de ellas.