Con la poli en los talones

Harto de Nueva York, de la corrupción de la ciudad y del caos que la rodea, Grimm decide marchase de allí cuanto antes, si es posible al Caribe. Con la ayuda de su novia, Phyllis, y de Loomis, un amigo un poco torpe, pero que le admira desde que iban juntos al colegio, planea el atraco a un banco. Un meticuloso y rápido golpe que apenas presenta dificultades.

Tomando algunos rehenes logran hacerse con un botín de un millón de dólares. La policía no tarda en rodear el banco pero, van disfrazados de payasos, y nadie puede imaginar la cara de la persona que se esconde bajo semejante atuendo. Además, una serie de trampas hacen creer a la policía que aún se encuentran en el edificio mientras se van alejando.

Sin embargo, sus verdaderos problemas empiezan cuando ponen rumbo al aeropuerto en medio del caótico tráfico neoyorquino.