Adivina quién

Theresa va a aprovechar la cena de celebración de las bodas de plata de sus padres para presentarles a su prometido, un joven y exitoso corredor de bolsa. Su padre, Percy, que siempre ha pensado que ningún hombre será lo suficientemente bueno para su hija, decide concederle una oportunidad al joven. Pero el chico que se presenta a la puerta de su casa no tiene nada que ver con quien se había imaginado porque, para empezar, es blanco. A pesar de los reiterados esfuerzos del novio para causar una buena impresión a su futuro suegro, el interés de Percy por acabar con el noviazgo de su hija irá en aumento.